Il tabarro
«Introduzione»
Il tabarro es la parte de Il trittico que más se ajusta a la estética del verismo, escuela con la que se suele asociar a Puccini, pero que el compositor esquivó durante toda su carrera. Desde las primeras notas, sin embargo, se nos invita a entrar en el ambiente de París al final del día, gracias a los timbres ricos de la orquesta que imitan el rumor del río Sena y las diversiones de la noche. Mientras la acción comienza escuchamos a paseantes que vuelven a casa o se dirigen a un café, y en un momento el propio Puccini incluso hace referencia a la música de La bohème, su más querida ópera de juventud.
Suor Angelica
«Senza mamma, bimbo»
Puccini no escribió ningún aria central para Il tabarro, pero sí en Suor Angelica: aquí la protagonista es una heroína suicida –en la línea de Cio-Cio San o Liù– que expresa su angustia mediante un número de enorme belleza. Este momento llega después del tenso encuentro entre las dos mujeres principales de la obra: la hermana Angelica y su tía y tutora, la Princesa, que se acerca al convento para informar a la monja de que el hijo que tuvo años atrás, y que es la causa de su confinamiento, ha muerto. El aria funciona, por tanto, como el grito de dolor de una madre herida y humillada.
Gianni Schicchi
«O mio babbino caro»
El rico mercader Buoso Donati ha muerto, y toda su familia se reúne en su casa para buscar el testamento, pues les ha llegado el rumor de que va a entregar toda su fortuna a la caridad. Lauretta, la prometida de Rinuccio –el sobrino de Buoso–, está lógicamente preocupada: si el anciano no le ha dejado dinero, su boda corre peligro. En un momento de tensión con su futura familia, la joven canta esta pieza –de las más memorables del repertorio lírico de Puccini– en la que expresa su total fidelidad a su futuro marido y su padre, Gianni Schicchi, que será quien solucione su problema al final de la ópera.