<p>La plataforma de Opera Europa pone a disposición la producción de Monique Wagemakers de la ópera <em>Rigoletto</em> filmada en el Liceu.</p>
- Desde hoy (19h CET) hasta el próximo 11 de septiembre, OperaVision, la plataforma de transmisión de ópera gratuita de Opera Europa pone a disposición la producción de Monique Wagemakers de la ópera Rigoletto (G.Verdi), que se grabó en el Gran Teatre del Liceu el pasado diciembre
- El material audiovisual estará disponible en cuatro subtítulos: italiano, catalán, castellano e inglés
- La directora de escena holandesa Monique Wagemakers desnuda la ópera en una escenografía minimalista y moderna, atravesada por angustiosos claroscuros que permiten profundizar en una reflexión desgarradora y actual sobre los abusos de poder
- El maestro Daniele Callegari dirige la Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu en una exitosa producción que contó con un reparto de lujo. En la grabación para OperaVision, Saimir Pirgu interpreta el Duque de Mantua, Markus Brück encara el rol de Rigoletto y Aigul Khismatullina como Gilda
- La ópera Rigoletto está protagonizada por un bufón amargado y celoso que ve como su señor, el Duque de Mantua, seduce y engaña a su hija secreta, Gilda, lo que le empuja a planear una venganza que se le acaba girando en contra
Barcelona, 11 de marzo de 2022. OperaVision, la plataforma de transmisión de ópera gratuita coordinada por Opera Europa, pondrá a disposición a partir de hoy la producción de Monique Wagemakers de la ópera Rigoletto de G. Verdi, que se registró en el Gran Teatre del Liceu el pasado diciembre. Éste será el primer streaming de la temporada que se podrá ver en OperaVision, con una programación que también contará con otros grandes títulos como por ejemplo Elektra (Grand Théâtre de Ginebra) disponible a partir del 18 de marzo, Parsifal (Hungarian State Opera) abierto el 15 de abril, Der Vampyr (Marschner) en Staatsoper Hannover (25 de marzo), entre otros.
El maestro Daniele Callegari dirige la Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu en una exitosa producción que contó con un equipo de lujo. En la grabación para Opera Vision, Saimir Pirgu interpreta al Duque de Mantua, Markus Brück se pone en el rol de Rigoletto y Aigul Khismatullina como Gilda. Completan el reparto Liang Li, Nino Surguladze, Laura Vila, Mattia Denti, Michal Partyka, Moisés Marín, Stefano Palatchi, Sara Bañeras y Marta Polo.
La producció minimalista de Monique Wagemakers
La cuestión del poder, y sobre todo el abuso de poder, es una de las claves de la visión que transmite este Rigoletto de Monique Wagemakers. La relación entre personajes —Rigoletto, Gilda y el Duque de Mantua— se presenta como un triángulo de aristas afiladas: el duque, un sátiro libertino, no ama a Gilda, y en realidad Rigoletto tampoco ama a su hija, a la que mantiene bajo una opresión disfrazada de protección. Solo ella se mueve por un impulso de idealismo y amor, pero termina siendo la víctima inocente de la ira ciega de su padre. Wagemakers quiere acercar la realidad de la violencia inherente a esta ópera a la actualidad, señalando que se trata de temas que aún hoy generan debate: violencia dentro de la familia, violencia contra las mujeres, a veces camuflada de protección, consentimiento a la hora de mantener relaciones sexuales, etc.
Para la directora holandesa, lo que destaca de Rigoletto no es tanto la trama novelística y vibrante de momentos melodramáticos, sino las pasiones atávicas que arrastran a los personajes, que se ven dominados por instintos bajos e impulsos irracionales que los conducen al desastre. A nivel escenográfico, esto se traduce en una especie de ring de boxeo —diseñado por el escenógrafo Michael Levine— que se mueve en el espacio y adopta diferentes colores según los sentimientos que contiene: ira, tristeza, desprecio, furor sexual. Los cantantes se sienten retratados y deben buscar en su interior para maximizar sus emociones.
Alejándose de los decorados grandilocuentes y cortesanos, habituales en esta ópera que transcurre en la Italia del siglo XVI, la directora de escena juega con un elemento clave como la iluminación, diseñada por Rainier Tweebeeke, y también con el llamativo vestuario monocromático de Sandy Powell. El juego minimalista que ofrece este cuadrilátero que se ilumina formando claroscuros sombríos y los trajes rojo sangre inspirados en la Venecia renacentista proporciona una atmósfera que magnifica la teatralidad de la obra. Gracias a una articulación en dos niveles, el cuadrilátero permite jugar con el interior y el exterior, con lo oculto y lo visible, logrando una síntesis perfecta entre canto y teatro.
El suelo del cuadrilátero es táctil para que los personajes no solo marquen un color cuando caminan, sino que también dejen una ligera estela detrás de ellos. Este halo luminoso sirve para resaltar las tensiones que existen entre los personajes y permite ahondar en su psicología.
OperaVision
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