Acto I, Lucia
«Regnava nel silenzio»
Mientras espera a Edgardo en los exteriores del castillo de los Ashton, Lucia relata su visión del fantasma de una niña asesinada tiempo atrás en esas mismas tierras. La ópera queda envuelta en este momento de un mal presagio, en la más pura tradición de la literatura gótica. A pesar de lo lúgubre del asunto, el aria es una de las más refinadas y virtuosas del repertorio para soprano de Donizetti, una cumbre de la belleza lírica.
Acto II, Edgardo, Enrique, Lucia, Raimundo, Alisa, Arturo
«Chi me frena in tal momento»
Coaccionada por su familia, Lucia firma el contrato matrimonial que le compromete a casarse con lord Arturo Bucklaw. Tras sellar su compromiso, Edgardo irrumpe en la reunión para reclamar la mano de Lucia, pero es demasiado tarde. La tensión del momento hace que intervengan hasta seis personajes, dando paso al famoso sexteto de la ópera, un prodigio de bel canto de extrema complejidad técnica.
Acto III, Lucia
«Il dulce suono»
En su noche de bocas, Lucia enloquece y asesina a su esposo, Arturo. Con un cuchillo ensangrentado en la mano, se muestra ante sus familiares completamente enajenada. En el trance, recuerda su tierno amor hacia Edgardo, pero ya es tarde: no hay esperanza para ella, y se precipita al vacío. La continuidad entre aria y cabaletta es una de las piezas más complicadas y satisfactorias del repertorio para soprano, la más célebre de todas las arias de la locura del XIX.
Acto III, Edgardo
«Fra poco a me ricovero»
Lucia no ha muerto, aunque está muy grave. Edgardo regresa al castillo de los Ashton para reencontrarse con su amada, pero cuando llega le informan de que ya es demasiado tarde. Su única esperanza para reencontrarse con Lucia es dándose muerte: saca un puñal y se lo clava. Su aria es una de las más duras para tenor; no sólo llega al final de una ópera exigente, sino que implica dificultades técnicas sólo al alcance de los más grandes. La conclusión lúgubre de una ópera marcada por un destino oscuro.