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Bárbara Lluch firma una 'La sonnambula' realista con Nadine Sierra y Xabier Anduaga

Barcelona, 11 de abril de 2025

El Gran Teatre del Liceu presenta 'La sonnambula' de Vincenzo Bellini, dirigida escénicamente por Bárbara Lluch, en una coproducción con el Teatro Real, el New National Theatre Tokio y el Teatro Massimo di Palermo. Nadine Sierra y Xabier Anduaga encabezan el reparto como Amina y Elvino, con Fernando Radó, Carmen Artaza y Sabrina Gardez en los papeles principales.

En una coproducción con el Teatro Real, el New National Theatre Tokyo y el Teatro Massimo di Palermo, el Gran Teatre del Liceu presenta la lectura realista de La sonnambula de Bellini de la distinguida directora de escena Bárbara Lluch. Lluch ofrece una producción con una visión cruda y pragmática del libreto, en la que la sonámbula se presenta como víctima de una injusta intolerancia social. Esta producción podrá verse en un total de siete funciones, del 22 de abril al 8 de mayo, además de una función exclusiva para la comunidad Under35 el 16 de abril.

La gran soprano estadounidense Nadine Sierra interpretará el papel de Amina, acompañada por el reconocido tenor vasco Xabier Anduaga, que dará vida a Elvino. Los papeles principales se completan con el bajo-barítono Fernando Radó como el Conde Rodolfo, la mezzosoprano Carmen Artaza como Teresa, la soprano Sabrina Gardez como Lisa, el barítono Isaac Galán como Alessio y el tenor Gerardo López como el Notario. El segundo reparto estará formado por la soprano Caterina Sala como Amina y el tenor Omar Mancini como Elvino los días 16 de abril y 7 de mayo.

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Lorenzo Passerini, Xabier Anduaga, Nadine Sierra, Bárbara Lluch y Víctor García de Gomar en la rueda de prensa de La sonnambula. (© GTL)

La directora de escena Bárbara Lluch, junto con la dirección musical de Lorenzo Passerini, la escenografía de Christof Daniel Hetzer, el vestuario de Clara Peluffo Valentini y la iluminación de Urs Schönebaum, traslada la historia a un escenario oscuro y gótico, donde la protagonista debe luchar contra sus propios temores y la implacable intolerancia que la rodea.

Una reflexión sobre el maltrato y las relaciones tóxicas

Bárbara Lluch ofrece una lectura seria y profundamente reflexiva de La sonnambula, donde Amina deja de ser la joven afortunada con un final idílico para convertirse en una víctima de una sociedad intolerante e irreflexiva. La acción se sitúa en 24 horas de su vida, con una escenografía de Christof Daniel Hetzer que invita a cada espectador a interpretar libremente el tiempo y el espacio en el que transcurre la historia. Esta atmósfera de misterio se ve reforzada por el diseño de iluminación de Urs Schönebaum, que alterna texturas rojas y zonas de sombra para evocar la nocturnidad y el terror literario.

Siguiendo la música y el argumento originales de Bellini, Lluch pone el foco en los elementos más oscuros del libreto. Amina, víctima de su sonambulismo, es acusada de infidelidad tras aparecer inconsciente en la habitación del Conde Rodolfo. Sin derecho a defenderse, es juzgada por el pueblo mientras él sale ileso. Esta mirada crítica se plasma en la presencia de figuras siniestras —las sombras que simbolizan los demonios interiores de Amina—, interpretadas por los bailarines de la compañía Metamorphosis Dance bajo la dirección de Iratxe Ansa e Igor Bacovich. La coreografía aporta tensión y dinamismo a la escena, subrayando la confusión de Amina entre sueño y vigilia y su vulnerabilidad constante.

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Nadine Sierra y Víctor García de Gomar en la rueda de prensa de La sonnambula. (© GTL)

Lluch transforma La sonnambula en una pesadilla contemporánea que denuncia la crueldad de una comunidad que juzga sin pruebas. Amina no solo es víctima por el hecho de ser mujer, sino también de un entorno que prefiere el prejuicio a la comprensión. El terror, aquí, no proviene de los fantasmas, sino de una sociedad incapaz de escuchar.

Nadine Sierra y Xabier Anduaga protagonizan La sonnambula en el Liceu.

El papel de Amina en La sonnambula se considera aún hoy uno de los más difíciles de todo el repertorio operístico, solo al alcance de voces privilegiadas que pueden combinar la agilidad de la juventud con la técnica que solo se puede alcanzar con la experiencia. En esta coproducción del Gran Teatre del Liceu, esta responsabilidad recaerá en la soprano estadounidense Nadine Sierra, una de las mejores voces ligeras de su generación, que ha consolidado su trayectoria ascendente como un prodigio de la técnica vocal y la emoción, y que vuelve a subir al escenario del Liceu tras conquistar al público barcelonés con su inolvidable interpretación de Violetta Valéry en La traviata de Verdi.

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Bárbara Lluch en la rueda de prensa de La sonnambula. (© GTL)

Nadine Sierra cantará en seis de las siete funciones programadas de La sonnambula, con la italiana Caterina Sala interpretando a Amina en la función del 7 de mayo, así como en la función especial del 16 de abril, dedicada exclusivamente a la comunidad LiceUnder35. En el papel de Elvino, el tenor vasco Xabier Anduaga también llega a estas funciones en un brillante momento de su carrera. Para las funciones del 16 de abril y el 7 de mayo, el relevo de Anduaga será asumido por el italiano Omar Mancini.

Los otros personajes de La sonnambula, también muy exigentes, serán interpretados por artistas de renombre: el bajo-barítono argentino Fernando Radó (Conde Rodolfo), la mezzosoprano Carmen Artaza (Teresa) y la soprano barcelonesa Sabrina Gardez (Lisa). Los papeles menores de Alessio y el Notario serán interpretados por el barítono Isaac Galán y el tenor Gerardo López, respectivamente.

La ópera será dirigida por el joven maestro Lorenzo Passerini, una de las estrellas emergentes en la constante revitalización del repertorio lírico italiano.